Juan F. Robles / 2 mayo 2017

 

 

ABUL KHATAR-TRABUCO. PATIO DE ARMAS DEL CASTILLO

La presencia de moros y cristianos en las Fiestas de la Cruz se pierden en el tiempo. A finales de los años cincuenta del siglo pasado se produjo un cambio que fue calificado como la ‘renovación de las fiestas’; hasta ese momento, los moros y cristianos tenían un valor testimonial, pero dos grupos, uno por cada bando, deciden impulsar el festejo. Se crean entonces, la cábila Abul Khatar, en las filas agarenas; y los Templarios, en el pabellón cristiano. En la imagen, los Abul Khatar en la tarde del 2 de mayo, en la Procesión de Bajada. El disparo de arcabuces es típico de estos cabileños que lanzan al cielo salvas en honor a la Patrona.