Pablo Sánchez/ 2019

 

 

CIRCO ROMANO

Durante las fiestas predominan los actos escénicos, pero también hay lugar para la épica, la diversión pura y dura y el espectáculo. Un buen ejemplo es la celebración del Circo Romano, que como los ojos del Guadiana, siempre acaba por volver a aparecer en la programación para representar uno de los momentos de ocio de los que disfrutaba la población romana en la época. El Circo Romano es un acto abierto a la sorpresa continua, donde no faltan las exhibiciones ecuestres y las carreras de bigas, las luchas de gladiadores, las gymkanas, los malabaristas y el fuego. Todo ello con la implicación de un público entregado en la grada.