1.200 festeros participan en este acto multitudinario, a los que se unen algunos especialistas, especialmente en lo que se refiere a la caballería y los que portan los elementos pirotécnicos que hacen más espectacular la trama. La recreación de la batalla toma el efecto esperado ante el inicio de los movimientos miliares de uno y otro bando y comienza a resultar imposible centrar la atención en un solo punto. La rendición de Magón y la entrega de la ciudad a Escipión darán paso a actos más teatrales como la liberación de rehenes, la entrega de las dos coronas murales y la proclamación de la Ley Romana.
